Del 20 al 23 de junio tuvieron lugar las II Jornadas de Convivencia de “Cómo y por qué participar en el debate público”. Tres intensos días en los que estudiantes y profesores universitarios y de postgrado pudieron disfrutar de ponentes de nivel de todos los ámbitos de influencia en la vida pública, con el afán de reflexionar, conversar y tomar acción en ella.
Con una primera ponencia sobre la misión del cristiano en la vida social se estableció el marco en que se desarrollarían el resto de conferencias: la política no es sino un servicio para lograr el bien común, donde debemos estar activa, libre y responsablemente presentes.
Le siguieron el filósofo Higinio Marín, con su exposición sobre cómo se configura la sociedad y sus límites; Julio Banacloche, catedrático de Derecho Procesal, que planteó los factores y causas de la polarización y sus consecuencias; Alfredo Cruz Prados, profesor de Filosofía Política e Historia del Pensamiento Político, sobre el debate público en una sociedad privatista y la defensa de las ideas propias con argumentos, y Pedro Herrero, asesor político y agitador social, que resaltó la importancia de la cultura, en concreto de la música y del humor, como medios a rescatar en el ámbito público.
El segundo día contamos con la presencia de Fernando Nistal, director ejecutivo del CEFAS; Alberto Gibernau, director general de la Fundación Civismo, y Juan Ángel Soto, presidente de la plataforma ciudadana Principios, para conocer más de cerca cómo confluyen las corrientes de pensamiento en el debate público y poner en valor el impacto de la sociedad civil en los temas de actualidad política. Tras esto, los columnistas Víctor Núñez y Cristina Casabón, y el articulista y poeta Enrique García-Máiquez, nos transmitieron desde su experiencia la importancia del cuarto poder en el plano social y político. Después de la comida, disfrutamos de una tertulia con Ignasi Grau, director de la ONG OIDEL, activa en NNUU, Consejo de Europa y Parlamento Europeo, que nos animó ejercitar el pensamiento y dejar a un lado la cobardía para dar paso a la acción decidida y atrevida. Por la tarde, disfrutamos de un agradable paseo por Madrid recorriendo su historia, desde sus inicios hasta convertirse en lo que es actualmente. A la noche, hubo tiempo para descansar con una entrañable cata de vinos de Jerez y una sugerente lectura de poemas, todo ello a manos de Enrique García-Máiquez.
El tercer y último día de la convivencia concluiría con un coloquio con políticos y analistas y asesores parlamentarios que nos contaron sus experiencias en el hemiciclo y el día a día de la política institucional.
Compartir:

